"Si quieren saber cuáles son los mejores libros que he leído, busquen en este blog el artículo Librería Aire Libre 1. Si quieren saber cuál es el peor, ahora mismo se los diré:
Sex, de Madonna. No he visto nada menos sexy en mi vida. Los “pensamientos” de la cantante acerca de la libertad sexual y de lo que la ponía cachonda eran tan divertidos como el Reglamento de Tránsito.
Además, cuando fue publicado (en octubre de 1992), las únicas personas que no le habían visto las tetas a Madonna eran Stevie Wonder, Ray Charles y José Feliciano (y por lo menos Wonder y Charles ya se las habían agarrado).
Yo estaba en Estados Unidos cuando salió el mentado libro, así que lo compré. Venía forrado en papel metálico y la portada era como de aluminio plateado. Y por lomo tenía un coqueto espiral.
O sea, era un pinche cuaderno Scribe tamaño profesional, pero de tres kilos. El nivel literario también era digno de un diario escolar. Aunque, claro, no lo compré por lo que decía, sino por las fotos, en las que Madonna, con botas de cuero hasta los muslos, abría las piernas encima de una Harley Davidson, mientras un biker fingía hacerle un cunilingus.
En otras fotos, la diva del pop salía fajoteando con Isabella Rossellini, Naomi Campbell y (guácala) Vanilla Ice. La menos pinchita de todas las fotos era una en la que estaba completamente desnuda, con un cigarro en la boca, pidiendo aventón a mediodía, en pleno Sunset Boulevard.
Pero ninguna calentaba más que cualquier anuncio de lencería del Vanidades. La decepción fue enorme. Cerré el libro, hice lo propio con la bragueta y la semana siguiente lo malvendí en Pericoapa, sintiendo nostalgia por aquellas fotos de Madonna que salieron en Playboy años antes, en blanco y negro y con las axilas peludas, que el señor del puesto de periódicos me vendió a pesar de ser menor de edad.
Le doy las gracias, señor del puesto. Pero le informo que esas fotos, aunque baratas, también me decepcionaron. Sin embargo, Sex fue lo que me colmó el plato. Me empobreció el bolsillo y el ánimo, y me hizo darme cuenta de algo que todo mundo sabe, pero nadie dice: Madonna NO es sexy. Como actriz, está negada. Como cantante es mediocre. Y como encueratriz, mataría a su hija Lourdes con tal de tener el sex appeal de Bettie Page, pero no lo tiene.
Ahora que vino, parecía Hugo Stiglitz. “Era como hacerle el amor a un tendón”, dijo su ex marido Guy Richie, refiriéndose a su total ausencia de grasa.
Por todas estas razones, me sorprendió muchísimo que alguien pagara 37 mil dólares por una foto de Madonna desnuda, hace unos días en una subasta.
Sin embargo, ya vi la foto y sí vale la pena. Madonna se las arregla para verse más desnuda que nunca. Y más atrevida. Le vemos lo que nunca le habíamos visto y la vemos haciendo lo que en Sex sólo simulaba hacer. Desconozco la identidad del hombre que está con ella, pero la de la izquierda es Madonna, sin duda alguna.
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